miércoles, 3 de junio de 2009

LECCION 9- DONES MINISTERIALES

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Lección 9—Dones ministeriales
Este capítulo contiene un estudio de Efesios 4.1–6 y los llamados «Dones ministeriales», que Cristo mismo dio a la Iglesia: «El mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros» (v. 11).

Quizás los dones más conocidos y universalmente aceptados en la Iglesia, sean los de evangelistas, pastores y maestros. Inclusive dos de ellos se usan como títulos corrientes: «el evangelista Juan Pérez» o «el pastor Roberto Juárez». En cambio, en muchos círculos eclesiásticos, los apóstoles y profetas se consideran como algo diferente; no obstante, dejaremos pendiente nuestra comprensión acerca de estos dones para el próximo estudio.
El libro de Efesios trata mayormente de la Iglesia. Muestra cómo Dios obra en ella para ocupar el lugar por El dispuesto en su Reino. Se acepta, por lo general, que la Epístola a los Efesios se divide en dos secciones, con el capítulo 4 como encabezamiento de la segunda sección. El apóstol Pablo, una vez que ha dejado en claro cuál es la posición del cristiano en Cristo, y habiendo declarado que Cristo tiene una sola Iglesia (caps. 1 al 3), pasa a las exhortaciones prácticas respecto al estilo de vida cotidiano del creyente (caps. 4 al 6). Andad «como es digno de la vocación con que fuisteis llamados[…] solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz» (4.1, 3). Conducirse de esta manera requiere, obviamente, mucha madurez, una madurez que se acrecienta y se fortalece en la medida en que los diversos dones de 4.11 sirvan para «perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo» (v. 12).
Una vez más, el modelo para cada uno de los dones es Jesucristo mismo. El es el «apóstol[…] de nuestra profesión» (Heb 3.1), un «profeta» como Moisés (Hch 3.22), un evangelista «ungido para dar buenas nuevas[…], enviado[…] a predicar» (Lc 4.18, 19), el «Pastor[…] de vuestras almas» (1 P 2.25) y el «Maestro» (Jn 13.13). Siendo El nuestro modelo, Jesucristo quiere que su multifacético ministerio sea llevado a cabo por la Iglesia por medio del ejercicio de los diversos dones ministeriales. Estos dones son de un valor inestimable para el Reino de Dios. Es preciso, por lo tanto, que realmente entendamos y valoricemos estos dones, así como también las tareas para las cuales han sido instituidos.
Continuemos el estudio, entonces, con una mente y un corazón abiertos. Parte de lo que vamos a explorar podría resultar nuevo, o aun contrario a las tradiciones de su iglesia. Pero démosles a las Escrituras una oportunidad nueva y justa de hablar por sí misma. ¡Quizás nos sorprenda lo que descubriremos!
LA UNIDAD Y EL PROPÓSITO DE LA IGLESIA
Entendamos que el contexto en el que se presentan los dones en Efesios 4.11 es decisivo. Pablo comienza con un llamado a la unidad dentro del cuerpo de Cristo, señalando que esto es responsabilidad de cada creyente y que debe procurarse con seriedad.
Exploremos Efesios 4.1–16
¿Cuál es el llamado que hace Pablo? (v. 1)
¿Qué actitud debemos asumir ante este llamado? (v. 2)
¿Cuál debiera ser un anhelo clave de nuestro corazón? (v. 3)
¿Por qué debemos procurar ser «solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz»? (vv. 4–6)
La unidad no excluye la diversidad. Aunque hay un «solo cuerpo», ¿qué podemos verificar respecto a ese único cuerpo? (v. 7)
¿Qué tuvo que hacer Cristo para que los dones del versículo 11 estuvieran a disposición de la humanidad? (vv. 8–10)
ENTRE BASTIDORES
Hay una gran variedad de opiniones entre los estudiosos respecto al significado de la expresión de Pablo entre paréntesis, en los versículos 9 y 10. «El descenso de Cristo a las partes más bajas de la tierra ha sido interpretado como un descenso al infierno (asociándolo con 1 P 3.19), un descenso al Seol/Hades (el reino de los muertos [véase Hch 2.25–35), o una referencia simbólica a su encarnación (en la que Cristo descendió a la tierra desde el cielo), un descenso que le llevó a las profundidades de la humillación (véase Flp 2.5–11)». Remitiéndose a dos o tres comentarios confiables sobre Efesios, investigue estos versículos para encontrar los fundamentos en que se basan estas opiniones. Recomendamos, en particular, para quienes tienen conocimiento de griego del Nuevo Testamento, el Word Biblical Commentary [Comentario de palabras bíblicas], volumen 42 (Efesios) por Andrew Lincoln (Word Books, Dallas TX, 1990); para otros lectores, The Letter of Paul to the Ephesians [Epístola de Pablo a los efesios], por Francis Foulkes (William B. Eerdmans Publishing Company, 1989).
¿Cuál es el propósito de los dones de Efesios 4.11? (v. 12a)
¿Cuál es el objetivo de «perfeccionar a los santos»? (v. 12b)
RIQUEZA LITERARIA
Perfeccionar, katartismos. Adecuar, preparar, entrenar, perfeccionar, calificar plenamente para el servicio. En el lenguaje clásico, la palabra se aplica a la colocación de un hueso durante una cirugía. El Gran Médico está haciendo ahora todos los ajustes necesarios a fin de que la Iglesia no quede «descoyuntada»
Según el versículo 13, ¿cuánto tiempo se propone Dios utilizar el plan que se delinea en los versículos 11 y 12?
En base al versículo 14, ¿cuál es el propósito de que lleguemos a «la estatura de la plenitud de Cristo»? (v. 13)
Conforme al versículo 16, ¿para qué es necesario que haya santos preparados dedicados plenamente en la iglesia local a la «obra del ministerio»? (v. 12)
«UNOS, [PARA SER] APÓSTOLES»
RIQUEZA LITERARIA
Apóstoles, apostolos. Un mensajero especial, un delegado, uno comisionado para una tarea o una función específica, uno que es enviado con un mensaje. En el NT, la palabra se refiere a los doce discípulos originales y a otros líderes prominentes. Marvin Vincent registra tres cualidades de un apóstol: 1) uno que ha tenido un encuentro visible con la resurrección de Cristo; 2) uno que planta o establece iglesias; 3) uno cuyo ministerio está acompañado de señales, maravillas y milagros.
Es importante que, desde el comienzo, distingamos entre los apóstoles fundadores (Ef 2.20; Ap 21.14) y el cargo del apóstol que se menciona aquí. Ser un apóstol fundador requería haber visto físicamente al Cristo resucitado y haber recibido un papel clave revelado y/o autorizado para el establecimiento de la Iglesia, incluyendo, en algunos casos, la inspiración para escribir las Escrituras. «Más allá de las distintas funciones desempeñadas por los apóstoles fundadores[…], el NT menciona suficientes apóstoles adicionales como para indicar que este oficio, al igual que el de profeta, es un oficio que sigue vigente en la Iglesia, como los más comúnmente reconocidos de evangelista, pastor y maestro (algunos consideran pastor-maestro un solo oficio)». Esa interpretación está respaldada también por el hecho que descubrimos anteriormente, es decir, que Dios se propone usar los cinco ministerios del versículo 11 «hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe» (v. 13).
ASPECTOS CLAVE DE LOS APÓSTOLES
Lea Juan 7.14–18 y observe, en la vida de Jesús, tres aspectos clave del apostolado.
¿Quién, en última instancia, comisiona a los apóstoles? (v. 16)
¿De dónde proviene la autoridad con que hablan los apóstoles? (v. 17) ¿Qué ocurre cuando se viola esa autoridad? (v. 18)
¿Cuál es la principal responsabilidad en el ministerio de un apóstol? (v. 16; cf. también Mc 3.14, 15)
BERNABÉ
UN APÓSTOL QUE NO ESTABA ENTRE LOS DOCE (HCH 14.14)
Lea los siguientes pasajes y anote algunas de las cualidades personales en la vida apostólica de Bernabé:
Hechos 4.33–37
Hechos 11.22–24
Hechos 15.25, 26
Lea los siguientes pasajes y anote las características del ministerio apostólico de Bernabé:
Hechos 13.1–3
Hechos 14.20–23
Hechos 15.35
En los días apostólicos, la palabra «apóstol» designaba un selecto grupo escogido para llevar a cabo el ministerio de Cristo; incluía la tarea encomendada a unos pocos de completar el canon de las Sagradas Escrituras. Implica el desempeño de un papel especial de liderazgo asignado por Cristo. Funciona como mensajero o enviado de Dios. En nuestra época se refiere a quienes poseen un destacado espíritu apostólico, hacen una contribución destacada a la ampliación de la obra de la Iglesia, abren nuevos campos misioneros y supervisan los principales órganos del cuerpo de Jesucristo.
«OTROS, PROFETAS»
RIQUEZA LITERARIA
Profeta, prophetes. De pro, «adelante», y phemi, «hablar». En consecuencia, un profeta es principalmente un narrador, alguien que proclama un mensaje divino. A veces, el mensaje incluye una predicción de acontecimientos futuros. Entre los griegos, el profeta era el intérprete de la voluntad divina, y esta idea predomina en el uso bíblico. Los profetas, por lo tanto, están dotados para percibir los consejos del Señor y le sirven como sus voceros. La profecía es un don del Espíritu Santo (1 Co 12.12), que el NT anima a los creyentes a ejercer, aun cuando en un nivel diferente al de aquellos que tienen el oficio profético (Ef 4.11).
Como los apóstoles, los que ejercen el don actual de profetas, según Efesios 4.11, deben ser diferenciados de los profetas fundadores (cf. Ef 2.20; véase también «Apóstoles» más arriba). Los profetas se mencionan entre los ministerios comunes en el Nuevo Testamento (1 Co 12.28; Hch 13.1; 15.32); preparan a los santos como voceros especiales del Espíritu (cf. Am 3.7).
PROFETAS DEL NUEVO TESTAMENTO
Lea los siguientes pasajes y registre qué se dice allí acerca del ministerio profético.
Lucas 2.26–28
Hechos 11.28
Hechos 15.32
Hechos 21.11
Lea Hechos 21.7–14. ¿Qué observa acerca de cómo Pablo recibió el ruego de Agabo, de que «no subiese a Jerusalén»? (v. 12)
Como auténtico profeta, ¿cuál era la preocupación fundamental de Agabo, aun cuando era diferente a lo que percibía? (v. 14)
Véase también en la lección 8, la sección «Profecía», ya que muchos de los aspectos de los dones de Romanos 12 se aplican a aquellos que ejercen el don del ministerio. Profetas/profecía alude a un don bíblico muy difundido. Los profetas del Nuevo Testamento, entonces, son oradores especialmente agraciados para el Espíritu, que dan a conocer la voluntad de Dios para determinadas situaciones desde la perspectiva de un liderazgo permanente de la Iglesia. Si bien tienen autoridad, no están exentos de ser criticados ni objetados, como se ve por el incidente entre Pablo y Agabo. Los profetas están sujetos, básicamente, al mismo escrutinio que la manifestación profética que examinaremos en la lección 13.
«OTROS, EVANGELISTAS»
RIQUEZA LITERARIA
Evangelista, euangelistes. Viene de euangelizo, anunciar buenas nuevas, especialmente el evangelio, declarar buenas noticias. El evangelista es el predicador del evangelio. Evangelista aparece tres veces en el Nuevo Testamento (Hch 21.8; Ef 4.11; 2 Ti 4.5); aparentemente, muchos de los que pertenecían a la iglesia primitiva eran itinerantes. Claro está, el mensaje del evangelista se dirigía sobre todo a los inconversos, a diferencia del profeta, cuyo mensaje estaba dirigido principalmente a la Iglesia. Sin embargo, como ya lo observamos, parte de la función del evangelista tiene también como finalidad «perfeccionar a los santos para la obra del ministerio». Deben dedicarse a predicar a Cristo de manera constante ante la iglesia, mientras capacitan y estimulan a los creyentes para que difundan el mensaje del evangelio.
FELIPE EL EVANGELISTA
Como uno de los hombres que en el principio ayudaron a resolver el problema con los helenistas en la iglesia primitiva (Hch 6.1–7), Lucas observa que más tarde Felipe se convirtió en un evangelista en el sentido de Efesios 4.11 (Hch 21.8).
¿Cuál es el contenido principal de su mensaje? (Hch 8.5)
¿De qué iba acompañaba su predicación? (Hch 8.6, 7)
En Hechos 8.6 Felipe evangeliza a «la gente» o «las multitudes» (VM). ¿Qué vemos hacer a Felipe en Hechos 8.27–38?
Según Hechos 8.40, ¿evangelizaba Felipe sólo cuando emprendía una cruzada formalmente organizada?
De acuerdo a Hechos 8.12, ¿cómo ayudaba Felipe a sus nuevos convertidos a afianzarse?
¿Qué podemos aprender en Hechos 21.8, 9 acerca de su familia? ¿Parece haber tenido una familia en orden? ¿Parece tener residencia fija?
Como uno de los miembros de un equipo de cinco personas, el evangelista debería estar inseparablemente ligado a la iglesia local; todos los evangelistas deberían tener una «iglesia madre» desde la cual operar y a la cual capacitar a lo largo de un proceso continuo. Pero su campo es el mundo. «El término “evangelista” se refiere fundamentalmente a un don especial de predicación o testimonio que atrae a los incrédulos a la experiencia de la salvación[…]. Esencialmente, el don de evangelista contribuye a hacer conversos y a reunirlos física y espiritualmente en el cuerpo de Cristo».
«OTROS, PASTORES»
RIQUEZA LITERARIA
Pastor, poimen. Vaquero, pastor de ovejas; el que cuida, conduce, orienta, brinda afecto, nutre y protege un rebaño. El Nuevo Testamento usa esta palabra para aludir al pastor cristiano, al que encomiendan el cuidado y orientación de otros (Ef 4.11). Este término se aplica metafóricamente a Cristo (Jn 10.11, 14, 16; Heb 13.20; 1 P 2.25).
El término poimen define la naturaleza de la tarea a realizar; a menudo se usa de manera intercambiable con «obispo», que define la responsabilidad de encargarse o proporcionar supervisión, con la palabra «anciano», que describe el carácter propio del pastor: una persona que es ejemplo por su madurez y su experiencia.
CRISTO, EL VERDADERO PASTOR
Lea atentamente Juan 10.1–18 y observe las siguientes afirmaciones respecto al pastor verdadero:
Él __________ y _________ sus ovejas. (v. 3)
Las ovejas le ______________. (v. 4)
Él _________ su vida por sus ovejas. (v. 11)
Según Juan 21.16 y 1 Pedro 5.2, ¿qué más hace el pastor verdadero?
Las responsabilidades pastorales son múltiples, como se ve en las instrucciones de Pablo a su joven discípulo-pastor, Timoteo: «Te encarezco[…] que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina» (2 Ti 4.2).
DE UN VISTAZO
El ministerio de Timoteo (2 Ti 4.5)

TIMOTEO DEBE…
PORQUE…
PARTICIPAR DE LAS AFLICCIONES POR EL EVANGELIO (1.8; 2.3)
POR MEDIO DE ESA PARTICIPACIÓN OSTROS SERÁN SALVOS (2.10)
RETENER LA SANA DOCTRINA (1.13; 2.15)
LAS VANAS PALABRERÍAS SE DESPARRAMAN Y LLEVAN A LA IMPIEDAD (2.16, 17)
HUIR DE LAS PASIONES JUVENILES (2.22)
DEBE SER LIMPIADO Y APARTADO PARA SER USADO POR EL MAESTRO (2.21)
DESECHAR LAS CONTIENDAS (2.23–25)
DEBE GUIAR CON AMABILIDAD Y MANSEDUMBRE A OTROS HACIA LA VERDAD (2.24–26)
PREDICAR ACTIVAMENTE EL EVANGELIO (4.2)
VIENEN TIEMPOS DE GRAN APOSTASÍA (4.3, 4)

«Y MAESTROS»
RIQUEZA LITERARIA
Véase «RIQUEZA LITERARIA» bajo el título «El que enseña», en la lección 8.
Hay una leve variación en la construcción gramatical en el griego delante de «maestros» (falta el artículo determinado [«los» en castellano]), lo que ha llevado a algunos exégetas a entender que los que integran el último grupo son idénticos: «pastores que enseñan». Por lo tanto, algunos aluden a cuatro dones ministeriales y otros a cinco. En la práctica, es probable que sea mejor que estos dos ministerios se mantengan estrechamente relacionados. Los que tienen el don de pastorear deberían prestar atención al desarrollo de habilidades docentes; los que tienen el don de enseñar debieran desempeñarlo dentro de un contexto pastoral.
APOLOS
Aunque no lo nombra específicamente como maestro, Lucas dice, no obstante, que Apolos «enseñaba diligentemente lo concerniente al Señor» (Hch 18.25). No cabe duda de que podemos aprender de él respecto al don de enseñar en Efesios 4.11. Lea en Hechos 18.24–28 y tome nota de lo siguiente:
¿Cómo se describe en el versículo 24?
¿Qué señala Lucas acerca de su comprensión de las Escrituras?(v. 24)
¿Con qué actitud enseñaba? (v. 25)
¿Cómo llevaba a cabo la enseñanza? (v. 26)
¿Cómo respondió a las correcciones doctrinales que le hicieron Priscila y Aquila? (v. 26)
¿Cómo refutaba las falsas doctrinas? (v. 28)
¿Qué aportó a la comprensión que los creyentes tenían de la sana doctrina? (v. 27)
Los maestros, entonces, son los que han recibido el don ministerial para ejercitar de manera extraordinaria la enseñanza de la sana doctrina. Casi siempre son capaces de comunicarse bien y demuestran una gran profundidad en cuanto a sabiduría y conocimiento bíblicos; la experiencia muestra que, si bien no todos los que reciben el don de maestro, presentado en Romanos 12.7, llegan a ser maestros en el sentido del don ministerial de Efesios 4.11, muchos de los maestros que se mencionan aquí tienen, como parte de la mezcla de dones que han recibido, el don que menciona Romanos 12.7. Dios el Creador es también Dios el Redentor y el Dios que llama al ministerio.
CONCLUSIÓN
En el ejercicio de todos los ministerios de la Iglesia —pastoral, profético, de enseñanza evangelística o cualquiera que sea— debería evidenciarse una actitud de mansedumbre como la que se veía en Cristo, cuyo descenso hizo posible su posterior ascensión y la asignación de los dones (Ef 4.9, 10); una actitud de paciencia, comprendiendo que la madurez no le llega rápidamente al pueblo de Dios; y muy decididamente estas deberían formar parte de la actitud del corazón del siervo. No hay espacio en el Reino de Dios para los que poseen dones ministeriales que emulan la actitud tipo primer cantante.
FE VIVA
Si ejerce alguno de estos dones, ¿puede afirmar que comprende cabalmente su naturaleza? Por decirlo de alguna manera, ¿se siente «cómodo» con ese papel? Aunque es duro ejercer el ministerio, y a veces se enfrenta gran resistencia, los que cumplen esa tarea determinada deben estar seguros de que lo hacen en el contexto de su don, para su propio bien y para el de aquellos a los que ministran. Si se siente inseguro, si tiene dudas, sea sincero consigo mismo y analice la cuestión ante Dios; hable con sinceridad a un par de personas maduras, personas que sean clave en su vida, para descubrir qué nuevo enfoque puede mostrarle el Señor.
Si está seguro del desempeño de su don, ¿qué le ha aportado este estudio, que pudiera ayudarle a replantear en el futuro de su ministerio? ¿En qué aspecto percibe que Dios quiere que usted crezca? Preséntele estas inquietudes en oración y pídale que le muestre maneras de lograr un mayor grado de crecimiento.

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