sábado, 6 de junio de 2009

ANA

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ANA
La oración de Ana nos muestra que todo lo que tenemos y recibimos es un préstamo de Dios. Ana pudo haber tenido muchas razones para ser una madre posesiva.

Pero cuando Dios contestó su oración, ella cumplió su promesa de dedicar a Samuel al servicio de Él.
Ella descubrió que el gozo más grande en tener un hijo es regresárselo total y libremente a Dios. Ella entró en la maternidad preparada para hacer lo que todas las madres deberán hacer a la larga: dejar ir a sus hijos.
Cuando los niños nacen, son completamente dependientes de sus padres para todas sus necesidades básicas. Esto hace que algunos padres se olviden que esos mismos niños crecerán hacia la independencia dentro de unos pocos años. Estar consciente de las diferentes etapas de este saludable proceso fortalecerá en gran manera las relaciones familiares;este proceso ocasionará gran dolor. Gradualmente debemos dejar ir a nuestros hijos para poder permitirles que lleguen a ser adultos maduros e interdependientes.
Puntos fuertes y logros:
• Madre de Samuel, el más grande juez de Israel
• Ferviente creyente; eficaz en la oración
• Dispuesta a cumplir un muy costoso compromiso
Debilidades y errores:
• Luchó con su autoestima porque no podía tener hijos
Lecciones de su vida:
• Dios escucha y contesta las oraciones
• Nuestros hijos son regalos de Dios
• Dios está preocupado por el oprimido y el afligido
Datos generales:
• Dónde: Efraín
• Ocupación: Ama de casa
• Familiares: Esposo: Elcana. Hijo: Samuel. Más tarde, otros tres hijos y dos hijas
• Contemporáneos: Elí, el sacerdote
Versículos clave:
«Y ella dijo: ¡Oh, señor mío! Vive tu alma, señor mío, yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti orando a Jehová. Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí. Yo, pues,
lo dedico también a Jehová; todos los días que viva, será de Jehová. Y adoró allí a Jehová»
(1 Samuel 1.26–28).
Su historia se relata en 1 Samuel 1–2.

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